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Nueva clasificación de países del Banco Mundial por nivel de ingreso: ¿dónde se encuentra Ecuador?

El Banco Mundial reveló hace poco su informe anual sobre la clasificación de países por su nivel de ingreso, una métrica importante que afecta las políticas de cooperación internacional, el acceso a financiación y la percepción económica a nivel mundial. En este informe actualizado, Ecuador sigue siendo parte del grupo de naciones categorizadas con ingresos medios-altos, lo que indica una estabilidad económica, pero también muestra los retos estructurales que debe superar para llegar a un desarrollo más avanzado.

El Banco Mundial clasifica a los países según el ingreso nacional bruto (INB) per cápita, utilizando el método del Atlas para suavizar las variaciones en los tipos de cambio y lograr comparaciones más exactas entre las economías. Para el año 2026, los límites establecidos son: para países de ingreso bajo, un INB per cápita de hasta 1.145 dólares; para aquellos de ingreso medio-bajo, entre 1.146 y 4.515 dólares; para los de ingreso medio-alto, de entre 4.516 y 14.005 dólares; y para los de ingreso alto, salarios por habitante que superen los 14.005 dólares.

Ecuador ha sido clasificado como un país de ingreso medio-alto desde 2007, aunque ha experimentado ciertas variaciones durante tiempos de incertidumbre económica. En el informe más reciente, el país alcanzó un ingreso per cápita aproximado de 6.180 dólares, lo que lo ubica aún dentro de esta categoría, pero todavía distante del límite necesario para unirse al grupo de naciones de ingreso alto.

Este enfoque tiene implicaciones importantes tanto internas como externas. Por una parte, afecta el acceso a financiamientos en condiciones ventajosas de instituciones multilaterales, puesto que muchos proyectos se enfocan en naciones con ingresos bajos o medianos-bajos. Por otra parte, define en cierta medida la posibilidad de acceder a ciertos tipos de colaboración internacional, exenciones de tarifas o ventajas comerciales.

En el ámbito nacional, el ranking destaca la importancia de seguir con reformas que fomenten un desarrollo económico constante, la formalización laboral y la disminución de la pobreza. Aunque el promedio de ingresos ha subido en años recientes, hay diferencias considerables entre las distintas regiones, sectores económicos y grupos sociales. La economía de Ecuador todavía evidencia una gran dependencia de las exportaciones petroleras y las remesas, enfrentando retos en relación con la diversificación productiva y la inversión en infraestructura.

Además, factores como el desempleo estructural, el subempleo, la informalidad laboral y la desigualdad de acceso a servicios básicos continúan afectando la calidad de vida de millones de ciudadanos, a pesar del estatus de ingreso medio-alto. De hecho, múltiples estudios han advertido que esta categoría puede enmascarar realidades socioeconómicas complejas, en las que una parte significativa de la población aún vive con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades esenciales.

El reporte también indica que ciertos países han conseguido avanzar en su posición, mientras que otros han caído. En la región de América Latina, resaltan ejemplos como el de Guyana, que alcanzó la categoría de ingreso alto debido a un auge petrolero, y Nicaragua, que cayó al nivel de ingreso medio-bajo por una disminución en su PIB per cápita. Estas variaciones reflejan tanto la dinámica de las economías locales como la susceptibilidad de las cifras a sucesos políticos, sociales o externos, como las fluctuaciones en los precios de materias primas o la inflación mundial.

En el caso de Ecuador, mantener el estatus actual significa que, aunque no ha habido un retroceso, tampoco se ha alcanzado una transformación estructural que permita aspirar a niveles más altos de desarrollo económico. Para avanzar hacia esa meta, los expertos insisten en la importancia de fortalecer la institucionalidad, fomentar el clima de inversión, mejorar la calidad educativa y consolidar un sistema tributario más eficiente y progresivo.

El ranking del Banco Mundial, además de ser una información técnica, proporciona una visión integral sobre la situación de las economías y actúa como base para diseñar políticas públicas enfocadas en un desarrollo inclusivo y sostenible. En este contexto, el desafío para Ecuador no es únicamente incrementar sus indicadores macroeconómicos, sino también asegurar que dicho crecimiento resulte en un bienestar auténtico y justo para toda la comunidad.

Por Alice Escalante Quesada